Leo tu blog como un remedio para curarme de este conato de enamormiento. Como quien quiere curarse de un conato de gripa. Como quien hace gárgaras de Isodine bucofaringeo para evitar una gripa que todavía no le ha dado (pero que intuye y teme).
Pero resulta que el ardor de garganta no anunciaba ninguna gripa. Era reflujo, acidez, y las gárgaras con la solución yódica no hacían más que empeorar la situación.
Y lo mismo me pasa con la lectura de tu blog; sólo empeora la situación: el apacible pantano.
Dices: "la evasión y el amparo son parientes, al igual que la paranoia y la intución." Sí. También son parientes la prudencia y la cobardía. Y de estas dos hermanas, o hermanastras, yo siempre follo con la segunda, aunque me gusta decir que salgo con la primera.
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